El Partido Pirata sueco se hace con dos eurodiputados.

Fundado en el año 2006 con objetivos políticos como enfrentar las leyes y limitaciones sobre los derechos de autor, el Partido Pirata sueco ha logrado un 7,1% de los votos en las recientes elecciones para la renovación del Parlamento Europeo, lo cual significa la presencia de dos eurodiputados en ese recinto. En otros momentos hemos reseñado en este blog que el movimiento en contra de las limitaciones hacia los usuarios finales de productos culturales es muy activa en Europa y que el ciberactivismo y hackactivismo juega mucho a favor de este empuje. Ahora vemos cómo la construcción de movimientos políticos en torno a la defensa de más espacios de libertad para la cultura va ganando lugar en el juego político Europeo. Debemos tomar nota de ello.

A continuación una reseña en inglés tomada de TorrentFreak.

Pirate Party Wins and Enters The European Parliament

Written by Ernesto on June 07, 2009

The Pirate Party has won a huge victory in the Swedish elections and is marching on to Brussels. After months of campaigning against well established parties, the Pirate Party has gathered enough votes to be guaranteed a seat in the European Parliament.

When the Swedish Pirate Party was founded in early 2006, the majority of the mainstream press were skeptical, with some simply laughing it away. But they were wrong to dismiss this political movement out of hand. Today, the Pirate Party accomplished what some believed to be the impossible, by securing a seat in the European Parliament.

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Las incongruencias y los inconsistentes..

Durante muchos años he escuchado y visto cómo profesores universitarios, entusiastas y estudiantes de artes -y hechos culturales afines como arquitectura y diseño- en la Universidad de Los Andes defienden a capa y espada el discurso tradicional sobre los llamados «derechos de autor», sosteniendo que ellos y ellas y sólo ellos y ellas son propietarios y dueños de todo cuanto producen y muestran, y que el sistema legal de los derechos de autor es lo único que les permite satisfacer esta protección que, además, demandan como inherente al ser humano. Esto que he visto en esas facultades, no deja de aparecer -cada vez de modo menos esporádico- en otras facultades en donde nunca falta algún avezado miembro de esa comunidad que demande protección legal sobre aquellas cosas que escribe y también sobre las que publica.

Desde hace tiempo siento que esa capa con la que defienden estos «derechos» está rota y la espada que le acompaña es inservible.

Cuando, durante el año 1994 y 1995 me internaba en mi investigación de grado sobre el sistema de salud en Venezuela, llegué a invertir muchas horas en la facultad de medicina localizando documentos sobre organización de sistemas sanitarios en varias partes del mundo. Di con un libro, a mi juicio muy bueno, sobre el sistema brasileño y también pude tener acceso a un libro, de similares características, sobre el venezolano que incluía una prospectiva de su desarrollo en los años siguientes. Sigue leyendo