Ciudadanía es corresponsabilidad

Hace ya varios años que me interroga la ciudadanía y los modos en que es posible manifestarla como pleno ejercicio de la acción democrática desde el ser humano. No se asusten, no ando cambiada de acera ni este será un post sobre la «sociedad civil» «apabullada» en época de «crisis de Estado». Me sé pueblo y en tanto que pueblo hablo como ciudadana que busca ser corresponsable.

Sigo en la misma acera y, quizás por eso, y también por activismo digital, asumo con todas sus letras el llamado a probar y reportar mi experiecia en el uso de apps desarrolladas por el Estado venezolano. La tarea de ser beta tester, aún sin que me digan que lo soy o participar en cualquier equipo de desarrollo de los varios que ahora están haciendo apps para la APN, la asumo con genuino compromiso de contribuir desde una perspectiva que muy pocas veces es valorada por nuestros desarrolladores/as en su justa dimensión: el usuario final.

Sabiendo, además, por referencia y por deducción de mis propias indagaciones, que buena parte de las apps no han sido desarrolladas a partir de las llamadas historias de usuario o, al menos teniéndolas en mente, la tarea de probar los sistemas diseñados es para mi parte de mi corresponsabilidad ciudadana y un ejercicio genuino y sincero de contraloría digital del resultado final. Cierto es que las observaciones se traducen en tuits o mensajes en grupos donde dichas herramientas han sido promocionadas pues, en un porcentaje cercano al 100% de los casos, dichas aplicaciones cuentan con dos carencias fundamentales en cuanto a la relación con quienes la utilizarán:

  1. No identifican de modo claro la metodología de corrección de errores y liberación de nuevas versiones, y
  2. No identifican de modo claro algún canal de comunicación y soporte con el equipo de diseño y/o mantenimiento.

Lo cual, ciertamente, me refuerza la convicción sobre la absoluta ausencia de la mirada de quien usará estas aplicaciones, como insumo clave dentro del proceso de mejora contínua que debe orientarlas.

Quisiera mostrar la revisión como usuaria de tres aplicaciones diferentes: Pagoclave del Banco de Venezuela, Plan de la Patria, de la Vicepresidencia para la Planificación y Patria.org.ve de la Vicepresidencia Ejecutiva de la República.

Pagoclave del Banco de Venezuela.

Pagoclave es una herramienta única en Venezuela habilitada por un Banco para hacer pagos y transferencias a cuentas propias y de otros bancos a través de un mensaje SMS. Ya la sola posibilidad de que se habiliten transacciones electrónicas desde nuestra cuenta de banco a través de SMS resulta atractivo, dado el volumen de usuarios de teléfonos que no cuentan con equipos de los llamados teléfonos inteligentes. Lo cual, dicho sea de paso, también puede resultar angustiante tanto para bancos como para usuarios/as por que, seamos francas, no hay mucha conciencia sobre el uso responsable de los teléfonos y las normas básicas de seguridad que este amerita.

Pagoclave requiere una afiliación a través del portal de banca electrónica del Banco de Venezuela. Una vez realizada la afiliación, que sigue el mismo proceso que todos las solicitudes de afiliación del banco: solicitud de código por teléfono, introducción de clavecoordenadas y frase clave; se procede a configurar el servicio que permite hasta 30 transacciones como máximo por día, por un monto maximo diario de 800.000 Bs y un monto máximo por transacción de 800.000 Bs.

Una vez configurada la cuenta de Pagoclave, ya el usuario está habilitado tanto para recibir como para realizar pagos a través del teléfono celular cuyo número está afiliado a los servicios del Banco de Venezuela. El pago se realiza de forma inmediata, bueno, lo que demora un SMS, y el abono en la cuenta de cualquier banco afiliado a un servicio de pago similar, se hace de forma inmediata. La comisión no es «alta», aunque es mucho mayor que la comisión de hacer una transacción interbancaria y esperar un día o día y medio para su habilitación.

Mi nivel de satisfacción es cercano al 90%. Creo que este es un mecanismo alternativo para facilitar muchísimo compras a minoristas, bodegas, comercio informal y otros pagos de servicios menores. No he probado el servicio de soporte del banco para la aplicación.

Qué mejorar: Información sobre comisión que, entiendo, es un % sobre la transacciń o, al menos, una tasa según rango de monto transferido/pagado. Debe mejorarse información sobre que AMBOS usuarios/as deben estar registrados en sistemas similares, de otra forma no se procesará la transacción. En fin, las mejoras son de comunicación.

Plan Patria.

Tal como se realizó para el año 2012, este año que arranca se inicia con la configuración del próximo plan de desarrollo de la nación. Es una tarea importante de nuestro quehacer democrático y en el cual, dadas las condiciones de nuestra democracia como participativa y protagónica, no podemos menos que involucrarnos como pueblo.

En aquella ocasión, se habilitó la participación por distintas vías y canales. Las ciudades del debate, organizadas territorial y temáticamente fueron un proceso que humanizó muchísimo la planificación. También se habilitaron propuestas de «expertos» y la participación a través de una plataforma virtual en la cual se registraban las propuestas.

Es una experiencia de consultas similares que desde entonces se han venido repitiendo y antes de aquel momento. En Venezuela consultamos casi todo. Considero que nuestras debilidades no son directamente en los procesos de consulta, sino en creer que la información a lo largo del proceso y su resultado posterior, es un proceso que sólo involucra tareas de divulgación y promoción. Si en algo hemos sufrido fallas y carencias, ha sido en la divulgación, promoción y socialización de los resultados y el cómo se construyeron.

Dicho lo cual, confieso que aunque el Plan de la Patria vigente tuvo contribuciones muy potentes, nos quedó pendiente conocer cómo se escogieron ésas por encima de las que no entraron. Espero que esto no nos ocurra de nuevo.

Screenshot-2018-1-9 Plan Patria 2025

Comencé a probar Planpatria.gob.ve el día sábado 6 de enero. Consideré necesario probarla, pues el día siguiente acudiría a una asamblea de consulta y quería aprovechar la herramienta para registrar los aportes.

La versión que conseguí al principio tenía los siguientes errores:

  1. Los aportes sólo podían registrarse introduciendo letras y espacios. No podrían ser introducidos ni números ni caracteres especiales como acentos, comas, comillas u otros (SOLUCIONADO)
  2. La longitud máxima del texto introducido en cada propuesta era desconocido pero en todo caso muy pequeña. Esto lo han aumentado a 1.000 caracteres, lo cual considero ¡es aún muy poco!. Una longitud aceptable en cada ítem debería ser no inferior a 2500 caracteres. Por poner un ejemplo, la consulta pública hecha para el Observatorio de Blockchain incluía un campo de propuesta que debía ser presentada entre 5.000 y 7.000 caracteres.
  3. No hay una descripción con textos de ayuda para ninguna casilla lo cual reduce a ninguno los criterios de accesibilidad manejados. No verifiqué la aplicación de la normativa vigente (emitidas por CNTI) pero la ausencia de textos de ayuda habla por si misma. Amigos/as desarrolladores/as, ¡esas normas son para cumplirlas!
  4. No hay posibilidad de anexar ningún documento, fotografía, proyecto, u hoja resumen de la asamblea que permita ampliar la información introducida en las casillas.
  5. Hay un problema metodológico de fondo: La página no parece cumplir la metodología de las asambleas que se han venido realizado territorialmente organizadas (al menos en Mérida) a través de grupos que escogen una de las llamadas preguntas generadoras de la consulta. Sin embargo, el sistema exige (no lo indica, pero el uso demuestra que es así), que se rellenen las tres preguntas. De modo que, y en vista de la poca extensión disponible, el usuario debe vaciar los aportes segmentándolos en todas las casillas (aunque se trate de preguntas diferentes), o lograr introducirlas en una única casilla y vaciar contenido nulo en las demás para garantizar que el sistema registre los aportes. Por otro lado, esas asambleas no se han organizado en torno a dimensiones ni a frentes de batalla, lo cual es una información relevante (¡crucial!) para la inclusión de propuestas.
  6. ¿Cuáles mecanismos habrá para facilitar la participación del montón de gente y organizaciones analógicas que hay (por resistencia, por convicción o por imposibilidad de conexión) por ahí?
  7. No hay información de quien desarrolla la herramienta o cómo informar de los fallos o cómo contactar a alguien que atienda el soporte.

Mi nivel de satisfacción hasta ahora está por debajo del 60% iba a decir 45% pero han venido corrigiendo fallos rápido, así que eso demuestra que alguien tiene los oidos abiertos.

Patria.org.ve

Como bien saben, patria.org.ve es el portal a través del cual se realiza mensualmente seguimiento a la distribución de los CLAP a nivel nacional y también a través de la cual se maneja la asignación de los distintos bonos entregados por el Ejecutivo Nacional en los últimos meses.

Utilizo esta plataforma desde mediados del año pasado. Pese a que hubo muchas personas que cayeron fácil en la idea conspiranóica de afirmar que era una página montada por la derecha, lo cierto es que cada mes, desde que la utilizo, informo que no recibo CLAP desde el mes de marzo del 2017. Igualmente he venido viendo cómo progresivamente han mejorado el rendimiento de la página, e incorporado más elementos para facilitar un mayor y mejor control de todo el sistema de cara al usuario/a final.

Screenshot-2018-1-9 Patria

Pienso que una migración natural de esta plataforma sería su vinculación con Billeteramóvil, que es una herramienta diseñada, según dicen, por el equipo de CANTV, y aunque totalmente en inglés (/joke) en realidad, toma por defecto el idioma de configuración del navegador lo cual no es muy útil pues muchos/as usuarios/as no saben cómo cambiar estas configuraciones en sus aplicaciones y agradecen tener una información en su idioma nativo; permite manejar fondos a través del carnet de la patria para pagos de asignaciones CLAP. De hecho, si la distribución de los CLAP y la P de producción funcionaran bien, los bonos asignados deberían distribuirse hacia el carnet de la patria para efectuar compras en ese sistema. Lamentablemente la escasa distribución (por ejemplo, sólo 2000 bolsas para todo el municipio Libertador del estado Mérida… ¡en serio!), no permite que este ciclo, casi natural, pueda cumplirse.

Estas dos últimas aplicaciones, adolecen de las mismas fallas que las anteriores con respecto a la accesibilidad, lo cual, en términos de inclusión representa una injusticia tremenda. Igualmente, muestran las carencias enunciadas antes en cuanto a los ciclos de desarrollo, el equipo de desarrollo y los canales de soporte y comunicación.

Balance final.

Aunque ha sido progresivo la configuración de equipos de desarrollo de apps para el Estado Venezolano, hay una resistencia a garantizar la solidez organizacional que dichos procesos ameritan a través de, por ejemplo, su progresiva incorporación a un repositorio común que, además, garantice no sólo el cumplimiento de estándares buenos para la APN, sino también que estas apps puedan ser probadas por más usuarios en cada ciclo e, incluso, mejoradas por estos, tal como ocurre en cualquier ciclo virtuoso de producción de software libre por ejemplo.

Es tiempo de aprender. Lo que queda por delante no es poco y los desafíos son cada vez mayores.